domingo, 5 de agosto de 2007


Una luz roja en nuestra sociedad que nadie esta viendo

El 16 de Enero de 2007, en uno de nuestros recorridos por la costa de oro, a la altura del Pinar Norte, del otro lado de la Interbalnearia.en una de las paradas programadas que teníamos, se nos acerco un niño muy preocupado con una cachorrita de mes y medio con suerte, en un estado muy depresivo.
El niño la acababa de rescatar de otros niños que estaban jugando a ahogarla(algo que ya se esta tornando muy común).
Seguramente esto para muchas personas es una travesura más de los niños, algo sin importancia.
Más allá de nuestra visión proteccionista hacia los animales, y después de haberla visto salir de la depresión en que estaba sumida, el pequeño animal agonizo, grito, aulló y convulsiono hasta su muerte y sin poder hacer nada ante tanta agonía; hay un factor que debiera preocupar a toda nuestra sociedad, a las escuelas, los padres, las comunidades y los legisladores que dejan pasar el abuso hacia los animales como una ofensa menor, están haciendo caso omiso a un explosivo de tiempo que afecta a toda la sociedad en general.
Una de las cosas mas peligrosas que le puede pasar a un niño es matar o torturar a un animal con total impunidad.
La Asociación Americana de Psiquiatría indica que la crueldad hacia los animales es considerada como uno de los tres síntomas que predicen el desarrollo del desorden de la conducta.
Los expertos están de acuerdo en que las personas jóvenes que hieren y matan a los animales (con impunidad) nunca aprenden a identificarse con el sufrimiento de otros.
Cuando estos niños hieren a alguien, no registran que está mal y no pueden sentir la agonía que han causado. El enseñar la bondad y el respeto hacia los animales es el primer paso para enseñarles a los niños a identificarse con los sentimientos de otros.
Para enseñarles a valorarse los unos a los otros, debemos incorporar los conceptos simples de la bondad y el respeto en nuestra vida diaria.
También debemos enseñarles a nuestros niños a respetar y proteger al más pequeño y/o al más indefenso entre nosotros.
Mas allá de tradiciones o falta de sentimientos y respeto hacia los animales y a la vida misma, debemos reflexionar si queremos vivir en una sociedad con leyes que otorguen “permiso para matar” y dejar que nuestros hijos crezcan en un medio en el cual
matar a veces es bueno y divertido…”.
La violencia se ejerce, en primer lugar, contra los débiles, y en los eslabones que componen una cadena de seres débiles, incapaces o con dificultades para defenderse los animales hoy ocupan un lugar importante; mañana cuando estos niños crezcan quién sabe quién sea la victima.

Tiziana Crosara
Por GRUPO FRANCIS
Miembros de la WSPA
URUGUAY

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